¿Sabías que los primeros iPods usaban discos duros? Descubre el truco detrás

Cuando pensamos en un iPod, se nos viene a la mente un pequeño dispositivo elegante, delgado y con miles de canciones listas para reproducir. Pero lo que muchos no saben (y yo me acabo de enterar, así que estás a tiempo de sorprenderte conmigo) es que los iPods Classic usaban… ¡discos duros! Sí, como los que usan las computadoras. Y no, no estoy hablando de un microchip de alta velocidad: hablo de esos discos giratorios, con platos, cabezales, y todo el combo mecánico. 😲
¿Qué modelos de iPod usaron discos duros?
Apple lanzó varias generaciones de iPods que utilizaban discos duros en su interior. Aquí te dejo un resumen de los modelos más icónicos con su precio aproximado de lanzamiento:
iPod 1ª generación (2001) – 5 GB de almacenamiento – $399 USD
iPod 2ª generación (2002) – Hasta 20 GB – $499 USD
iPod 3ª generación (2003) – Hasta 40 GB – $499 USD
iPod 4ª generación (2004) – Hasta 60 GB – $399 USD
iPod Photo (2004) – Hasta 60 GB – $499 USD
iPod Video (5ª gen, 2005) – Hasta 80 GB – $399 USD
iPod Classic (6ª gen, 2007) – Hasta 160 GB – $249 USD
¿160 GB en el 2007 en un aparatito de bolsillo? ¡Eso era como tener una nave espacial en la palma de la mano!
¿Por qué usaron discos duros?
Simple: querían ofrecer una capacidad de almacenamiento brutal en un dispositivo portátil. En ese tiempo, las memorias flash eran caras y limitadas. Así que Apple, en su infinita genialidad (y algo de locura), decidió meter discos duros en sus iPods. El resultado: ¡miles de canciones en tu bolsillo! Pero… no todo era tan bonito como sonaba
El lado oscuro del disco duro en los iPods
Para lograr que el disco duro cupiera en un iPod, tuvieron que usar versiones muy pequeñas de estos discos. Y claro, al reducir el tamaño, también sacrificaron velocidad, resistencia y confiabilidad.
🚀 Velocidad lenta
A veces, podías tardar más de un minuto en reproducir una canción. ¿Te imaginas eso hoy en día? Es como pedir una pizza y que te digan que llega en 4 días.
🧊 Fragilidad extrema
Una caída podía ser mortal. Literal. Si se te caía el iPod, había una alta probabilidad de que el disco se dañara. Lo más probable era que perdieras canciones, espacio de almacenamiento… o todo. 😢
🔊 ¡Hacían ruido!
¿Te suena ese zumbido que hacen las PCs viejas? Bueno, los iPods con disco duro también hacían un ruidito mecánico que podía llegar a ser molesto, especialmente si te gustaba escuchar música bajito por la noche.
🔁 Errores y sincronización fallida
Era común que fallara la sincronización con iTunes. A veces parecía que estabas tratando de conectar dos especies de universos distintos.

¿Soluciones en ese entonces? Pocas (y caras)
No había muchas opciones cuando fallaba tu iPod con disco duro. En mi caso, lo llevé a un técnico. Su «solución profesional» fue:
Prender y apagar el iPod.
Resetear el sistema.
¿Resultado? Nada cambió… salvo mi billetera, que quedó más vacía. Me cobró una barbaridad y no resolvió nada. 🤦♂️
La otra opción era llevarlo a un centro autorizado de Apple, pero el costo de reparación era tan alto que a veces valía más la pena ahorrar un mes más y comprar un iPod nuevo.
Entonces, ¿valía la pena tener un iPod con disco duro?
Sí y no. Por un lado, la capacidad era impresionante. Tenías en tus manos toda tu biblioteca musical sin necesidad de conexión a internet. Pero también tenías que vivir con un aparato delicado, lento y con errores comunes.
Hoy en día, una simple tarjeta microSD puede almacenar más de lo que esos iPods ofrecían, sin ruido, sin partes móviles, y con velocidades de transferencia que hacen ver al iPod como un caracol con sueño.